Por Lola Bahr
La primera escritora profesional de la historia y gran
defensora de los Derechos de la Mujer en la sociedad.
CHRISTINE DE PIZAN (Venezia 1362- Monastero di Possy 1431)
Cada vez tenemos más acceso a poder conocer y saber un poco
más de las vidas de las “ancestras femeninas”; cuyos testimonios son siempre
motivo de reflexión, de valoración, de ánimo, y de un sin fin de sensaciones
que sus vidas despiertan en aquellos que las leen; sin dejar de resaltar que el
conocer un poco de lo vivido por otras nos acerca entre nosotras.
La mujer que me ha sorprendido esta vez, ha sido Christine
de Pizan; escritora, poetisa, filósofa y humanista italiana. Se considera la
primera escritora profesional y muchos la reconocen como la precursora de la
mujer actual. En plena Edad Media, reclamó dignidad y respeto para las de su
género y fue una gran defensora de los derechos de las mujeres en la sociedad.
Parece ser que lo tenía muy claro, y desde pequeña ya tuvo
una fuerte inclinación hacia la escritura y la lectura. Cabe mencionar que el
entorno favoreció las inquietudes de Christine, ya que su padre (consejero del
Rey Carlos V) y el Rey Carlos V le permitieron un libre acceso a la biblioteca
real del Louvre, fundada por el mismísimo Carlos V, una biblioteca única en Europa
y una permisión excepcional para su época. La nobleza de la corte, también la
apoyó en su profesión de escritora, lo cual es de agradecer.
Su padre tenía muy claro que ayudaría a Christine a que
fuera bien educada en literatura y cultura; una alegría para la protagonista de
este artículo y para futuras mujeres.
A los 15 años se casa y tiene una vida familiar tranquila
junto al marido y tres hijos. Pero esta situación se vio alterada cuando el
marido, el padre y uno de sus hijos mueren. No se sabe exactamente como de
seguidas fueron estas muertes, pero sí se sabe que la situación se dificultó
para ella, al verse sola a cargo de los hijos y una madre qué cuidar.
Situación que en esa época se solventaba con otro casamiento
o la entrada a una orden religiosa; a lo cual Christine se negó y siguió con su
futuro de escritora.
Su perseverancia dio sus frutos, pudiendo
culminar su primera obra por encargo; una elegía del Rey Carlos V, por la cual
recibió una suma interesante de dinero, pudiendo así continuar con su
profesión.
Se convirtió en una escritora con mayúsculas y con sus obras
mantuvo a su familia.
La
más representativa es el libro “la Ciudad de las Damas”, un alegato a favor de
la mujer para la que reclama un lugar en el mundo, así como una clara crítica a
la misoginia imperante en el mundo medieval. Estimula a las mujeres a que sean
fuertes y que salgan de los estereotipos sexuales. Presenta una sociedad
utópica y alegórica, en la cual la palabra Dama
significa no una mujer de sangre noble sino de espíritu noble, mujeres santas,
heroínas, poetisas, científicas y reinas que ofrecen un ejemplo de creatividad
y potencial que como mujeres pueden ofrecer a la sociedad.
También
introdujo un tema muy original para su época; hombres y mujeres son iguales por
naturaleza en cuanto a sus capacidades intelectuales; solo la educación, el rol
social y las circunstancias hacen la diferencia aventajando al hombre y
relegando a la mujer a un segundo plano. Con este ejemplo, podemos ver
claramente que era una mujer con una mentalidad muy avanzada para su época.
Pasó
de la temática amorosa a temas más comprometidos como la política, la historia,
la moral, la filosofía y el derecho de la mujer en la sociedad.
Y
realizó un trabajo sobre una contemporánea suya, Juana de Arco. El único
trabajo escrito que se conoce hasta ahora, hecho mientras Juana aún vivía.
A
sus sesenta y cinco años se retira a un convento y a desde ahí se desconoce la
fecha en que muere, pero probablemente es entre 1430-1431.
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