lunes, 22 de septiembre de 2014

¡¡¡EMPIEZA EL COLEGIO!!!


La frase más escuchada en estos cálidos días de septiembre  es: “¡¡¡¡Empieza el colegio!!!!”. Un hecho de nuestro vivir cotidiano que, aunque parece sencillo, por momentos es fastidioso, pues significa el retorno a las obligaciones, a los horarios, a las madrugadas…
Este encuentro con la educación o la enseñanza, no es para todos los niños y jóvenes igual. Según datos que hemos leído, Unicef dice que de los 2.200 millones de niños del mundo, 57 millones no tienen esta oportunidad y el 42% de ellos viven en países pobres. 250 millones de menores no saben leer ni escribir. Uno de cada cinco adolescentes no estudia y más de la mitad son mujeres.
A primera vista pareciera que la educación va a depender de la riqueza del país donde has nacido, del sexo que tienes, de la familia que te ha tocado y del nivel económico, convirtiéndose así el conocimiento en uno de los recursos principales de una sociedad con vistas al futuro.
Hay otro punto de vista que es un poco más decepcionante y es que la educación está manipulada por intereses políticos y económicos, los cuales no tienen en cuenta la necesidad, el valor que tiene la educación para una sociedad.
Pensamos que esto ha podido provocar una industrialización del conocimiento, ya que lo que se transmite en los centros educacionales es pensando a la producción y a la rentabilidad económica, lo cual ha podido provocar, dentro de los Centros Pedagógicos, la idea de infundir a los alumnos una actitud competitiva, que le permita entrar a un mercado de trabajo.
Creemos que el conocimiento no puede tener ningún fin, sino que es un medio, un recurso que permite al hombre evolucionar.
El caso es que estamos asistiendo a un fenómeno social patológico entre los jóvenes, pues cada vez hay más adolescentes que tienen síntomas de ansiedad, taquicardias, mareos, sensación de ahogo y pérdida del control.
La pubertad es una etapa muy inestable, pues se le empiezan a pedir al adolescente que asuma las responsabilidades de una vida adulta y eso le genera miedo.
Si a esta situación le añadimos el hecho de que en la familia valoren sobremanera las calificaciones en las distintas materias, porque tienes que ser el mejor y que en la escuela te estresan con esa idea de ¡te tienes que superar, tienes que dar más, tienes que ir al ritmo de los demás…..!, porque si no te ridiculizan y te dejan a un lado…
Hemos vivido un caso cercano de una profesora que el día antes de empezar este nuevo año académico les escribió a todos un e-mail que decía:
“El verano ha terminado ¿Estáis preparados para comenzar? Nos veremos  el lunes a última hora. Me basta con que vengáis con el cerebro conectado, y no todavía de vacaciones, pues podría arruinarnos el libro de literatura, porque inmediatamente nos lanzamos”
Y para que no quedase duda de adónde se tenían que lanzar…. Añadió esta fotografía…
¡Qué buen comienzo!...Viendo que se les pide, ya antes del primer día de clase, tirarse al abismo, no nos extraña que no quieran ir al colegio.
Pensando que ellos son la perspectiva de futuro de esta sociedad, que el ser humano ha creado, si se los sigue tratando con este cariño y entusiasmo, será más difícil no llegar a esa extinción anunciada.

¿Qué tal si le damos una pensadita?

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