Por XAB
La organización (BASMA) fundada por mujeres en un
país del Oriente Próximo (Egipto, está dando sus frutos.
En este artículo se nos muestra sus experiencias y una vez más se puede
comprobar que formando un grupo, una asociación, las mujeres son capaces de
hacer frente al miedo por situaciones que han sufrido “desde siempre”.
La organización tiene como finalidad afrontar el acoso sexual al que se ven sometidas más del 93% de las mujeres en
Egipto, y el pilar fundamental de este
grupo es la educación. Educación de las mujeres, claro, pero sobre todo
rescatamos el hecho de que se centran en la educación de los hombres.
Confiemos que esta iniciativa siga creciendo y llegue un momento que
las autoridades también participen activamente.
Mujeres encarrilan a los hombres en El Cairo
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Nihal Saad
Zaghloul, cofundadora de Basma, en la estación del metro en El Cairo, donde
realizó las primeras campañas de concientización. Crédito: Cortesía de Magali
Corouge/Documentography
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EL
CAIRO, 15 nov 2013 (IPS) - La egipcia Nihal Saad Zaghloul, de casi 30 años,
enfrenta como otras jóvenes el riesgo cotidiano de ser acosada sexualmente en
las calles de El Cairo. Pero la revolución en su país la hizo darse cuenta de
que la gente puede unirse y de que ella misma puede marcar la diferencia.
En Egipto aumentan las violaciones perpetradas por pandillas, en el marco
de la inestabilidad política y la pérdida de seguridad desde la revolución.
Junto con una amiga, Zaghloul fundó una organización llamada Basma para crear
conciencia sobre el acoso sexual en las calles de esta metrópolis de 30
millones de habitantes.
Tras congregar a decenas de voluntarios, el año pasado se movilizaron por
primera vez en las calles cercanas a la plaza Tahrir y dentro de las estaciones
céntricas del subterráneo. Zaghloul cree fervientemente que la educación es el
principio de todo, y a eso se dedica.
“Nuestro sistema educativo está fallando. Las escuelas del gobierno
funcionan mal, y las privadas son demasiado caras. Esto hace que la mayoría de
los jóvenes egipcios no se eduquen. Y es exactamente a este grupo al que
encontramos en las calles. Están aburridos de la vida, maltratando a las
mujeres”, dijo.
El acoso a las mujeres es batante normal y hasta aceptado en Egipto. Según
un estudio realizado en abril por ONU Mujeres, 99,3 por ciento de las egipcias
consultadas dijeron haber sido acosadas sexualmente.
Pero con Basma, Zaghloul empezó a luchar contra esto. Cada vez que ven a
una niña víctima de acoso, ella y su equipo de voluntarios se acercan a los
muchachos o niños para sensibilizarlos.
Los primeros meses fueron una lucha para la organización. La policía,
algunos de cuyos efectivos suelen participar activamente en el acoso, no se
tomó en serio la iniciativa y causó más problemas, en vez de ofrecer apoyo.
Pero Zaghloul observó un cambio en los últimos meses. Por primera vez, la
policía está apoyando la iniciativa y participa activamente en la prevención.
Otro fenómeno clave es el aumento de mujeres policías que patrullan el
metro. La coronel Manal y sus nueve colegas mujeres están especialmente
ansiosas por promover la seguridad en las estaciones.
El acoso es un problema cotidiano, pero con El Eid, una de las principales
festividades musulmanas, que se celebra esta semana, están en pleno
funcionamiento iniciativas públicas y privadas de prevención.
El centro de El Cairo siempre fue un lugar donde el fenómeno alcanzó sus
máximos niveles. Y al recordar la gran cantidad de ataques sexuales que
tuvieron lugar durante el mismo período del año pasado, muchas mujeres temen
caminar por las calles de su propia ciudad.
Apenas se registró una pausa en el acoso durante los primeros días de la
revolución de 2011, cuando la plaza Tahrir estaba repleta de familias y la
atmósfera era jovial.
Pero para cuando fue derrocado Hosni Mubarak (1981-2011), el acoso sexual
había vuelto a su punto máximo. El problema no se relaciona directamente con
ninguna corriente política o religiosa específica, sino que más bien se ha
vuelto una característica de la cultura egipcia a lo largo de las últimas décadas.
Desde hace dos semanas, Manal patrulla el metro de Egipto para crear
conciencia sobre esta situación. Muy influenciada por la iniciativa Basma, dijo
que ahora la policía tiene más autoridad y puede arrestar a los perpetradores.
En contraste con los primeros días de Basma, actualmente esa fuerza está
dispuesta a cooperar. Esta semana, Zaghloul y Manal trabajan codo a codo.
Desde los años 90, las mujeres pueden viajar en metro por la ciudad en
vagones reservados para ellas.
Pero esta norma se viola con frecuencia. Los hombres aprovechan la
oportunidad justo antes de que se cierren las puertas del metro para saltar
hacia los vagones que son solo para mujeres. Ocasionalmente los abordan por
accidente, pero la mayoría lo hace a propósito, a sabiendas de que están llenos
de mujeres.
“Si un hombre se sube al vagón justo antes de que se cierren las puertas,
¿qué podemos hacer? A veces las mujeres se enojan, pero principalmente sienten
temor y miran para el otro lado mientras él acosa a una de sus compañeras de viaje”,
explicó Zaghloul.
“Pero cuando una de ellas se defiende, todas las demás la siguen. Es por
esto que creamos esta iniciativa, para hacer que todas se defiendan”, agregó.
Hace apenas un año, y por primera vez en la historia reciente de Egipto,
una joven llamada Samira presentó cargos contra uno de los perpetradores tras
haber sido atacada por varios hombres durante una protesta contra el régimen
militar. Y ganó el caso judicial.
“Estas historias todavía son inusuales. Se sigue viendo a las mujeres como
las instigadoras y no como a las víctimas de estas acciones. Por lo tanto,
prefieren mantener en secreto lo que les ocurrió”, dijo Zaghloul.
“Además, si una muchacha recurre a la policía, a menudo es acosada por los
propios oficiales.Así que tener mujeres policías a cargo de este problema es un
deber absoluto”, añadió.
Hasta hace poco no se veía mujeres policías en las calles de El Cairo. Ese
era un trabajo reservado exclusivamente para los hombres.
Durante meses, Zaghloul y una decena de voluntarios de Basma patrullaron el
hacinado metro y las atestadas calles de la capital. Actualmente, la coronel
Manal les brinda plena asistencia.
Los periodistas son vistos con sospechas, en particular los extranjeros. El
régimen interino que gobierna al país tras el derrocamiento del presidente
Mohammad Morsi, en julio, lanzó una campaña contra los medios de comunicación,
presentándolos como espías y colaboradores de la Hermandad Musulmana.
Por eso Manal ve también con recelo a IPS. Pero una referencia a Basma
sirve para romper el hielo.
“Hace 50 años había tantas mujeres como hombres en la policía. Tenemos que
volver a ese equilibrio”, dijo Manal. “Solo de esta manera las egipcias se
sentirán seguras en las calles de El Cairo”.
Como las leyes no son claras, todavía es difícil combatir el acoso sexual.
No obstante, Manal urgió a todas las víctimas a presentar cargos.
No todas las mujeres creen que se han logrado avances. Hend Elbalouty, de
25 años, fue testigo del ataque sexual que a comienzos de este año una pandilla
cometió contra su hermana en la plaza Tahrir. Los cargos que presentó contra
los perpetradores nunca recibieron el tratamiento debido.
“Estamos de nuevo en el punto de partida”, se lamentó Elbalouty. “(Tenemos)
un Estado policial que es disfuncional. El hecho de que las mujeres tengan más
poder ahora no cambiará el caos que domina el sistema legal de Egipto”.
Mohammad Jamees, un pasajero que viaja en el vagón de los hombres, no está
a favor de esta iniciativa. “Combatir la delincuencia no es un trabajo de mujeres.
Incluso para sus colegas hombres estas situaciones a menudo son incontrolables,
así que ¿cómo pueden abordarlas las mujeres?”, planteó.
Las normas y los valores tradicionales, así como una división de tareas
para hombres y mujeres, todavía están profundamente arraigados en la sociedad
egipcia.
Pero Zaghloul es optimista. “La policía finalmente está asumiendo la
responsabilidad. Llevará un tiempo que los hombres acepten la autoridad de las
mujeres, pero esto es, definitivamente, un paso en la dirección correcta”,
aseguró.