En los últimos días, está
circulando por los medios sociales una campaña titulada Ban Bossy que traducido
sería “Prohíbe Mandona”. Una campaña ideada por Sheryl Sandberg, jefa de
operaciones de Facebook y por Rachel Simmons cofundadora del Instituto de
liderazgo para niñas.
Su misión es clara, lograr
que la palabra “mandona” deje de limitar las acciones de las niñas para que en
el futuro puedan convertirse en lideres.
Aquí les hacemos un resumen
de sus ideas:
“Cuando se trata de niñas y
la ambición, el patrón es claro: se disuade a las niñas de liderar. Cuando un
pequeño se impone o toma el mando en un juego, se le llama “líder”. Sin
embargo, cuando una pequeña hace lo mismo, se arriesga a que la tilden de
“mandona”: una palabra precursora de otras como “agresiva”, “enojada” y
“demasiado ambiciosa” que atormentan a líderes femeninas sólidas a lo largo de
su vida.
Llamar a las niñas mandonas
es una de las tantas cosas que hacemos para disuadirlas de que sean líderes. No
es extraño que en la escuela secundaria, con frecuencia, las niñas estén menos
interesadas que los varones en desempeñar los roles de liderazgo; una tendencia
que continua en la adultez.
Para ayudar a cerrar la
brecha de liderazgo con respecto al genero se ha lanzado la campaña “Ban
Bossy”, una campaña de interés público para estimular el liderazgo y el éxito
en las niñas.
La niña que tenga el valor
de levantar la mano en clase se convierte en la mujer con la confianza para
imponerse en el trabajo. Como educadores, existen pequeños cambios que cada uno
de nosotros puede realizar y que tienen un gran impacto en la confianza y las
ambiciones de las niñas.
El momento de comenzar a
formar líderes femeninas es ahora. La palabra “Bossy (mandona)” envía un
mensaje muy claro: No levantes la mano, ni digas lo que piensas.”
“Cuando la palabra Bossy
(mandona) se aplica a mujeres y niñas, da la impresión de que no tienen el
derecho de ser el JEFE (eso significa la palabra Boss, de donde deriva el termino
Bossy), da la impresión de que están actuando de una manera socialmente
inapropiada e inaceptable”.
Dentro de su página www.banbossy.com vienen consejos tanto para
las niñas, como para los padres, y los profesores para ayudar a las niñas a
fomentar sus habilidades de líderes.
Por supuesto, las críticas
no se han dejado esperar y son muy variadas.
Ann Friedman, la escritora
feminista, alega que este movimiento trata de que las opciones de las mujeres
se expandan restringiendo la manera en la que se habla de ellas, y cree que es
contradictorio. Algunos creen que no hay nada más expansivo y progresista que
creer que puedes actuar y ser tú misma sin el temor de ser etiquetada con una
palabra. Es decir, no nos tiene que importar cómo nos llamen, tenemos que creer
en nosotras mismas.
Y en cierto sentido esto es
verdad, esto sería lo ideal. Lo malo es que las mujeres seguimos muy
influenciadas por lo que los demás piensan sobre nosotras, sobretodo a edades
tempranas, cuando lo único que queremos es pertenecer a un grupo.
Sin embargo, a raíz de este
movimiento, los lingüistas han sacado sus propios estudios y los resultados
confirman la propuesta de Ban Bossy:
Orin Hargraves, lingüista
de la Universidad de Colorado, utilizando un software lingüístico para analizar
la palabra Bossy (mandón-mandona) dice que los resultados de “ella es mandona”
son mucho más frecuentes a los de “el es mandón”. Para ella 210 veces; para el
131 veces.
Nic Subtirelu, estudiante
sociolingüista en la Universidad del Estado de Georgia, utilizó otro método y
recogió una muestra de 101 maneras en las que se usa el adjetivo “bossy”,
encontrando que se usa en mujeres tres veces más que en hombres.
Desde Inspiración Femenina
creemos, y ya en otras ocasiones hemos comentado, que el mundo necesita de las
ideas femeninas para poder evolucionar. Si esas voces femeninas son calladas
desde temprana edad, va a ser difícil después que aprendan a expresarse.
Cierto es que hay que tener
cuidado con la manera en la que guiamos a estas niñas para que no se corten de
ser “Bossy”, ya que si permitimos que actúen cómo lideres sin pensar en los
demás, sin ser empáticas con su medio, y sin preocuparse de cómo sus acciones
pueden afectar las acciones de los demás, entonces no serán lideres femeninas,
sino que serán una copia de esas que ya no necesita la evolución de la
humanidad.
Quizás la palabra “Bossy”
tienen un significado peyorativo, por la manera en la que se ha ejercido ese
liderazgo desde lo masculino, en donde el JEFE se sitúa en la punta de una
pirámide jerárquica. Sin embargo, cuando la mujer ejerce el liderazgo sin
limitar los patrones masculinos, sino desde una perspectiva femenina, nunca es
un liderazgo piramidal. Y eso está comprobado en múltiples estudios.
Tal vez el asunto clave no
sea el prohibir una palabra, sino el crear consciencia de que no se puede minar
el autoestima de una persona llamándole nombres que la hagan sentir mal. Educar
a las niñas para creer en sí mismas y hacerlas fuertes e inmunes a los ataques
externos nos parece primordial.
Como mujeres, nos
deberíamos de preocupar un poco más por ayudar hoy, a que ese futuro sea más
esperanzador. La educación es la clave, centrémonos en regar la semilla del
futuro.
Aquí les dejamos un video
promocional de la campaña Ban Bossy:
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